Como viajeros o turistas en la mayoría de los casos no
tenemos conciencia de lo que impacta nuestra presencia, nuestro viaje, nuestras
acciones en los destinos a los que vamos. No importa si es mas cerca o mas
lejos de nuestro punto de origen.
En general cuando preguntamos o nos preguntamos por la SUSTENTABILIDAD del
turismo la primera respuesta o imagen es la de un “panel solar”. Asociamos, por
cuestiones de practicidad, de facilidad, de posicionamiento mediático
la
sustentabilidad o la “degradación” ambiental con la generación de energía y el
consumo de energías limpias; sin embargo cuando investigamos y profundizamos
sobre el tema descubrimos que el impacto ambiental del turismo va mucho mas
alla de lo que a primera vista se nos hace ver o creemos.Imagenes como estas pueden desaparecer |
El impacto ambiental, el calentamiento global, la elevación de
los océanos, los deshielos de los polos, las sequias, los calores extremos, las
inundaciones, son producto, en su mayoría, de cuestiones atadas a la actividad
de nuestra sociedad. Posteriormente a la revolución industrial el impacto de
las actividades humanas se incremento y fue aumentando en paralelo con el
crecimiento industrial y de la población. En ese camino y en relación a los
viajes y al turismo es evidente que no
es el mismo el tráfico aéreo, por citar un elemento, el número de pasajeros
transportados a nivel mundial en los años 70 era de 500 millones de personas y
en 2018 llego a los 4 mil millones, 8 veces más. Solo ese dato da una dimensión
de la problemática actual. Según un estudio de la revista Nature los viajes son
responsables del 8% de las emisiones de carbono totales a nivel mundial. Entre los
medios de transporte posibles el tren es el que menor contaminación produce y
el avión el que más residuos deja en el ambiente, siendo que el momento de
mayor polución es en despegues y aterrizajes, ya que al volar a grandes alturas
la resistencia al avance es menor, esto quiere decir que puestos a elegir,
cuando puedas, deberíamos optar por utilizar el avión solo para viajes largos,
superiores a la hora de duración.
Por otro lado la “repercusión” de nuestros viajes en el
ambiente no se ve reflejada solo en lo que hace al medio de transporte o al
consumo eléctrico en un alojamiento. Hay que tomar conciencia, en lo que hace a
viajes como a nuestra actividad diaria, que cada acción, cada decisión que
tomamos involucra polución, calentamiento global y un empeoramiento de las
condiciones de vida del planeta. Algunos
ejemplos seguramente ya los has experimentado. En la mayoría de los hoteles hay
carteles invitándote a reutilizar las toallas, no ponerlas a lavar con un solo
uso, ese detalle implica no solo el gasto de agua sino de electricidad y
combustible para calentar el agua más el detergente necesario. La comida también
puede ser un factor importante en esta tarea de hacer el menor daño posible al ambiente,
si te ofrecen platos con “pesca del día” esa debe ser tu elección. Ese pescado
es local, traído por una persona de la comunidad, con su pesca y su transporte
hasta tu plato hay un consumo mucho menor que pedir por ejemplo un Salmón
importado que tuvo que “viajar” cientos o miles de kilómetros con la
consiguiente carga de CO2 producto de su traslado. Los costos y el gasto energético
de su conservación y mucho más.
En definitiva, es importante tomar conciencia de estos
elementos a la hora de planificar un viaje porque redundan siempre, en nuestro
favor, desde lo humano, lo cultural, el futuro mismo y los destinos que
disfrutamos. Sera imposible conservar
destinos maravillosos como las Islas Maldivas por ejemplo (que están seriamente
amenazadas con el crecimiento de los océanos) o tantos otros si no tomamos participación
individual.
Disfrutamos viajar entonces hagamos lo que está a nuestro
alcance para que sigamos pudiendo sonreir cuando llegamos a destino.
Hace la prueba por favor y asómbrate. Yo hice la prueba de “medir”
la huella de carbono de mi último viaje, ida y vuelta desde Córdoba (Argentina)
a Puerto Vallarta (México) y quede boquiabierto. La huella de CO2 de mi viaje
es igual a:
-
La huella que deja un habitante de Sierra Leona
en 15 años
-
Dar 7 vueltas al mundo en tren
-
Tomar una ducha de 6 minutos todos los días durante
15 años
-
Comer 1233 hamburguesas
-
Enviar 770.746 emails
Imaginemos si solo esto da esos parámetros todo lo que
podemos hacer para mejorarlo.
No intento decir que abandonemos los viajes, creo que
debemos hacerlos más conscientemente.
Fuentes:
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