Egipto, Luxor, Karnak y una Ciudad que parece no existir






La monumentalidad de las Torres de Luxor


La Avenida de las Esfinges que conecta Luxor con Karnak

Falta uno de los Obeliscos de 25 mts y esta en París




Espectacular Grabado en la Piedra


Karnak



Un pasadizo entre los templos
Creo que una de las mejores formas de conocer Egipto es recorriendo el Nilo con un crucero. Te da un medio de transporte ideal para conectar uno a uno los puntos más importantes en una de las civilizaciones más fascinantes en la historia de la humanidad, es cómodo y de alguna forma épico. En general hay dos sentidos para tomar este viaje, dentro de las opciones clásicas, en un paseo de 4 noches y unos 278 dólares por persona. Uno es con sentido descendente,  desde Luxor a Asuan y el otro es al reves. Nosotros tomamos el que comenzaba en  Luxor y desde allí fuimos bajando.
Columnas de Papiro
Tomas y un alto en el Camino

Temprano por la mañana descendimos del barco para conocer la ciudad de Luxor, lo que antiguamente fue la mítica ciudad de Tebas. Si bien salimos muy temprano para evitar el calor de la mediodía, ya hay una temperatura considerable. El paisaje es desértico, como no podía ser de otra forma , arena, piedras marrones, casas mimetizadas con el paisaje, calles vacías, persianas bajas, casas cerradas. La primera impresión que tuve de Luxor fue de una ciudad abandonada, un set cinematográfico de la guerra del golfo, un paraje abandonado por la humanidad. Circulamos por sus calles desiertas hasta llegar al templo de Luxor.  En la antigüedad todo era parte de Tebas, la Capital de Egipto y si bien hoy han desaparecido las estructuras menores de ladrillos que eran, por ejemplo, las viviendas de la poblacion o templos menores queda la magnificencia de las estructuras de piedra y una de las más importantes partes es el Templo de Luxor que se encuentra paralelo al rio Nilo.
Detalle de los Grabados
El Acabado de las Columnas es Impresionante
Seguridad a la Entrada y Salida
Solo acercándose uno puede apreciar la magnificencia del lugar, construido inicialmente entre los años 1200 y 1500 antes de Cristo, inicialmente por Amenotep III, completado por Tutankamon y Horemreb, y modificado por Ramses II. Incluso hay una estructura dedicada a Alejandro Magno. Este templo estaba conectado con el de Karnak por una avenida de 3 kilometros de largo (avenida de las esfinges porque está flanqueada en toda su extensión por esfinges con cabeza humana).
El ingreso es pago como todo en Egipto, 40 Libras egipcias para los extranjeros que son algo asi como 2,50 dólares americanos, después de pasar por la seguridad (con máquinas detectoras de metales y scaners que no funcionan) seguimos, ya con el sol apenas  asomando pero haciéndose sentir,  ingresando por la imponente puerta de Ramses. Donde hoy hay un obelisco  de 25 metros de altura hubo dos, el otro está en Paris. Dos torres de 24 metros de alto y 65 metros de ancho cada una con imágenes e inscripciones grabadas en la roca. Pasando esa puerta  seguimos a lo que fue la corte de Ramses II (recordemos que desde aquí se gobernó el reino de Egipto 3.500 años atrás) un imponente marco de 74 columnas con forma de flor de papiro que son realmente impresionantes. Mas alla la corte de Amenotep III , el santuario y capilla de Alejandro Magno. Para ser la primera impresión de Egipto esta fue impactante. No hay nada comparable en monumentalidad en el mundo entero.
Saliendo del templo de Luxor uno entonces camina por la avenida de las esfinges y no es muy difícil imaginar lo que debe haber sido en tiempos de Ramses II hacer ese camino. Cada una de las esfinges parece distinguirse de la otra y combina perfectamente con la monumentalidad del conjunto.  Más allá de la belleza de Karnak se destaca la imponente estatua de Pinedeyem.

Es fundamental entender que el complejo entero llego a ocupar 30 hectáreas y en su construcción, con múltiples periodos, diferentes estructuras y espacios colaboraron 30 faraones a lo largo de la historia. Visitar Egipto sin un guía es casi un sacrilegio, porque la complejidad de su historia y la multiplicidad de edificios y tumbas, hallazgos, arte y cultura si no se comprenden se pierden. Por eso creo que tuvimos suerte al cruzarnos en el camino de Walid Yehia, sin lugar a dudas uno de los mejores que conozco.
No podría terminar esta pequeña historia sin contar que hay otra cara de Luxor. Por la noche, cuando el sol se había ido y el fresco del desierto comenzaba a hacerse presente volvimos a la ciudad. Que sorpresa nos llevamos entonces! Todo lo que antes había estado cerrado, desprolijo, con arena y olvidado ahora relucia en vida, colores, movimiento, olores y sabores.  Entendí que no había comprendido el funcionamiento de una ciudad como esta, en un sitio como este. Muchas veces uno juzga o mira con los “ojos” que trae puestos pero es ahí donde hay que abrir la mente y comprender.




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