Como resultado de muchos viajes se me fue
planteando una duda, mejor dicho un dilema, una especie de acertijo en el cual
no encuentro la respuesta, si es que la hay. Podría plantearla desde la incomprensión,
desde mi incapacidad probable de no entender, de no lograr ponerme en su lugar,
y quizás esa sea la cuestión. Es que nunca comprendí a los turistas japoneses.
Puede parecer absurdo el planteo. Ya se… no estamos hablando de que no
comprendo el devenir del mercado mundial del petróleo o la teoría de la relatividad
(que si creo que entiendo), para mi la cuestión central es que no entiendo al
turista Japonés. No se si japoneses, chinos, o coreanos quizás, aunque casi
seguramente, para mí, sean japoneses.
Los ves constantemente en grupos enormes detrás de una guía que eleva un
paraguas, la más de las veces rojo o naranja, siempre cerrado y elevado como un
faro. Todos avanzan en un grueso bloque bastante parejo, vestidos de pies a
cabeza sin importar la temperatura. Se sacan fotos, por ejemplo en el coliseo,
sin tener en cuenta que detrás y al lado tienen más gente, dos alemanes
comiendo un sándwich o un italiano buscando el mejor ángulo para que se luzca su
cuidada barba. Puede haber cientos de personas alrededor pero mi incomprendido
turista japonés se toma la foto igual. "Este, entre todos esos, soy yo en
el coliseo" Imagino que dirá apuntando con el dedo su cara , entremezclada
entre 20 rostros más, cuando llegue a Kioto. "Ese detrás de Nishiro, delante
de Nagoro, detrás de la columna enorme y al costado de esos 23 suecos que
saludan, soy yo...me ven?". Apuntará mostrando la pantalla de su Smartphone
en una oficina de Tokio. No sé si esas serán sus palabras, lo imagino, yo que
nunca fui a Kioto ni a Tokio (que acabo de descubrir comparte las mismas
letras), que no conozco demasiados nombres en japonés más que los que le puedo
robar a Murakami y que como ya dije, finalmente, no los entiendo. Otra de sus características,
También para mí desconcierto, es que podés encontrarlos en todas tus fotos y más
aún en las que no hayas preparado cuidadosamente. Arriesgo la teoría de que no reconocen
el espacio privado, ese lugar que estás buscando, ni tampoco notan, o no les
importa, que no son parte de tu familia. Uno apunta el objetivo, decide el
encuadre y un inestimable amigo del sol naciente se interpone o sonríe para
"su" foto exactamente al
costado de tu propia sonrisa y dentro de tu imagen. No lo comprendo, insisto,
aunque quizás puedo imaginarme, reflexionando en búsqueda de causas probables,
que no tengan desarrollado el sentido de la "soledad", quizás la
masividad de su pueblo, el poco espacio de su tierra haya resultado en desmedro
de sus fotos y de las de todos aquellos que comparten su tiempo y espacio.
Puesto a no entender, a mis amigos turistas de oriente puedo hacer hincapié en las mujeres y también en la mayoría de los hombres. No importa si estamos en Grecia, en la playa, o en Italia en Amalfi, o en Cancún en México, porque todos ,irremediablemente, están vestidos como si estuvieran por entrar a una cámara frigorífica o en el mejor de los casos estuvieran protagonizando una película post apocalíptica y el contacto con el aire fuera a destruirlos? Insisto, no los entiendo, nada más. No los juzgo, no los evito, simplemente no los comprendo. Finalmente debo confesar que el único que me provoca cierto disconfort es el famoso y popular “japonés del barbijo”...Inexplicable, inentendible, irreverente, desconfiado… la contaminación está en Tokio no al lado del mar en Brasil.
Mi amigo el turista japonés es un misterio, pero al mismo tiempo que cada vez que se me plantean cientos de preguntas me encuentro en una disyuntiva imposible de resolver, no quiero conocer la respuesta a mis dudas. Porque sería como saber el truco del mago o conocer el final del chiste y me gustan los magos y me rio con los chistes.
Puesto a no entender, a mis amigos turistas de oriente puedo hacer hincapié en las mujeres y también en la mayoría de los hombres. No importa si estamos en Grecia, en la playa, o en Italia en Amalfi, o en Cancún en México, porque todos ,irremediablemente, están vestidos como si estuvieran por entrar a una cámara frigorífica o en el mejor de los casos estuvieran protagonizando una película post apocalíptica y el contacto con el aire fuera a destruirlos? Insisto, no los entiendo, nada más. No los juzgo, no los evito, simplemente no los comprendo. Finalmente debo confesar que el único que me provoca cierto disconfort es el famoso y popular “japonés del barbijo”...Inexplicable, inentendible, irreverente, desconfiado… la contaminación está en Tokio no al lado del mar en Brasil.
Mi amigo el turista japonés es un misterio, pero al mismo tiempo que cada vez que se me plantean cientos de preguntas me encuentro en una disyuntiva imposible de resolver, no quiero conocer la respuesta a mis dudas. Porque sería como saber el truco del mago o conocer el final del chiste y me gustan los magos y me rio con los chistes.
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