Cartagena, la de las murallas y los sueños.



Beautiful!!!!! me dice la señora que tengo al lado mientras se abanica con el sombrero y transpira, inevitable y copiosamente. Estamos en el museo naval del caribe, en Cartagena. Ella llego en uno de los tantos cruceros que hacen su parada en la ciudad colombiana y yo estoy perdido. Es que quise entrar rápidamente a la ciudad vieja, penetrar sus murallas centenarias y cuando vi una puerta abierta que me prometiera un poco de sombra y veloz acceso…entré. La señora insiste en inglés diciéndome que le parece hermosa la ciudad, que el calor es pesado pero que el espectáculo lo vale. Me disculpo y vuelvo a la calle pero esta vez hago 30 metros más y en la esquina del museo encuentro el camino abierto para ingresar al pasado esplendoroso de Cartagena de Indias. Me asomo a la calle San Juan de Dios, a un costado del Baluarte de San Francisco y veo que la señora tenía razón. Beautiful…hermoso, digo. Cuando avance un poco mas entre pequeñas casas restauradas, artesanos y restaurantes, cavas y negocios de ropa , jugando a mantenerme en la angostísima vereda colonial, me encontraré con la Iglesia San Pedro Craver y la plaza que la contiene; el lugar donde mueren varias calles y donde los restaurantes, el sol y la gente me dan la bienvenida a Cartagena. En una de las esquinas de la plaza hay un puesto de información turística, de los que hay varios en la ciudad, ahí mismo consigo un mapa bastante preciso, lo miro, lo examino, encuentro las rutas sugeridas ,las referencias importantes…y ya no estoy solo.
Camino entonces, de San Pedro Craver a la Plaza de la Aduana. Un espacio enorme, hecho para caminarlo y tomar distancia de las perspectivas edilicias. Una fuente y un monumento al ex presidente colombiano Rafael Nuñez (cartagenero él) marcan con su presencia el centro de referencia. A un costado el antiguo Edificio de Aduana recostado sobre la antigua muralla, frente a la aduana esta Hard Rock Café Cartagena, en una bellísima casa totalmente restaurada y modernizada con el merito de haber logrado un gran ambiente sin renegar de la historia. Sin embargo al final del edificio de la aduana hay un sembradío de mesas amarillas y sillas de hierro que invitan a sentarse a la sombra y ver como el tiempo no pasa. Me siento y espero poder explicarte de que se trata todo esto.

Todo es historia
Cartagena fue fundada por Don Pedro de Heredia, el 1 de junio de 1533, con el nombre de "Cartagena de Poniente", para diferenciarla de "Cartagena de Levante", en España, ambas con bahías similares. Lo que no sabía Don Heredia era que con el tiempo este puerto se convertiría en el blanco de la codicia de invasores ingleses y franceses, y que su calidad de puerto negrero y comercial la harían muy atractiva para las potencias extranjeras De sus muelles salía buena parte del oro de América hacia España, por lo tanto su protección y defensa eran más que urgentes. Los trabajos comenzando en pleno siglo XVI con el Fuerte del Boquerón (donde hoy está el Fuerte del Pastelillo). Luego vendrían, poco a poco, las diferentes fortificaciones que rodearían a la ciudad de acuerdo a las exigencias y la evolución del arte militar en los siglos XVII y XVIII. Sin embargo esto no sería suficiente para que la ciudad arrasadoras invasiones como la del Barón de Pointis en 1697, que la dejó destruida y arruinada o los asaltos de Sir Francis Drake.
El 11 de noviembre de 1811 se firmaría el Acta de Independencia Absoluta de España, comenzando con esto 10 largos años para lograr la emancipación definitiva. De los muchos bloqueos y sitios que sufrió la Villa de Heredia, cabe destacar el impuesto por Pablo Morillo, El Pacificador, en 1815, quien tenía el objetivo de recuperar esta importante plaza para la Corona Española. "Cartagena de Indias, Ciudad Heroica", fue el título que se ganaría luego de soportar más de tres meses de intenso cerco.
Luego de entrada Colombia en su etapa republicana la ciudad entraría en un largo período de estancamiento, debido a su pérdida de interés estratégico y comercial. Sin embargo, quizás eso, hizo que la modernidad le perdonara la vida a tamaña ciudad histórica. Es que la ciudad vieja de Cartagena es realmente extensa, al menos para la idea que llevaba conmigo y la experiencia que me dieron visitas a otras Ciudades similares, Antigua Guatemala, Paraty, en Brasil y mucho mas lejos Colonia, en Uruguay. La extensión hace que se necesite de tiempo y ganas de caminar, porque indudablemente la mejor forma de conocer Cartagena u otra ciudad cualquiera es recorriendo sus calles, sus plazas, a pie.. Eso si, hay que saber soportar el calor y la humedad que nos ponen a prueba metro a metro.
El mapa que me dieron en turismo tiene la virtud de haberme comprado la voluntad porque mirando la línea roja que serpentea sus calles hasta llegar al famoso paseo de Las Bóvedas no me queda mas remedio que aceptar su voluntad.
Lo que me sorprende de Cartagena y su sector antiguo es la vida que tiene, más allá de que esta perfectamente acondicionada para nosotros –los turistas- que en ningún momento se siente inseguridad, que la gente es extremadamente amable hasta el punto de que uno espere en algún momento sentirse decepcionado, por eso de la excepción que confirma la regla. La ciudad vive, los negocios no solo son para turistas, las oficinas publicas, los bancos, los bares, seguirían funcionando si mañana o en este preciso instante los alemanes, yanquis, argentinos, españoles, chilenos, franceses o de una nacionalidad cualquiera nos desmaterializáramos; dejando solo un recuerdo vago en los vendedores de souvenirs. La ciudad vive y no es poco.
Siguiendo las calles multicolores con las paredes de los mas diversos colores, enfrentando las plazas donde la gente espera, me rindo ante los balcones. Esos balcones… los balcones del periodo colonial español , en el caribe y en Centroamérica, son distintos a los que vemos por aquí. Por eso… los balcones de Cartagena tienen una forma de ser, un personalidad tan española que no pueden negar su cuna. Al mismo tiempo se muestran tan bien conservados y decorados que caminar mirando hacia arriba es una tentación, que solo se puede resistir ante la amenaza de tropezarnos en el camino.


Una pequeña lista

Hagamos un recuento de los lugares que no podemos dejar de conocer y entonces hagamos crecer la lista hasta que no alcance ni el tiempo ni el papel:
- La Puerta del Reloj. Allí esta, como parte de la muralla, enfrentando el paseo de los Mártires y la modernidad que se despliega mas afuera. Esta puerta originalmente se llamó Boca del Puente y era el único ingreso a la Ciudad desde que en 1631 se completó el cerramiento.
- La Catedral de Cartagena. Recostada sobre la Plaza de la Proclamación y sobre la calle de Los Santos de Piedra vamos a encontrar esta iglesia que comenzó a construirse como símbolo del paso de una ciudad de precarias construcciones a una nueva, de cal y piedra, allá por 1575. Sin embargo el tiempo y la suerte le fueron esquiva porque recién pudo terminarse su construcción 84 años después. Un detalle para disfrutar es la Parque de Bolívar que se encuentra en la esquina misma de la catedral, cruzando la calle. Es una exhuberancia de plantas y árboles, con una hermosa fuente en el medio que es el centro de los caminos que la marcan. De día es el lugar perfecto para protegerse del sol, ver la gente pasar y hacer una pausa merecida. Por la noche, perfecta y calidamente iluminada es el lugar donde apreciar artistas callejeros y artesanos, bajo el paraguas verde de sus enormes árboles.
- Frente al Parque de Bolívar se encuentra el Palacio de la Inquisición, este edificio, una de las construcciones mas elegantes y características de la época colonial albergo el Tribunal de Penas del Santo Oficio, instalado en la ciudad en 1610.
- La Universidad de Cartagena, frente a una plaza seca llamada “del Estudiante”, es un edificio grande y antiguo, aún en funcionamiento por supuesto y que llama la atención por su estructura y la curiosidad de su pintura actual, de colores llamativos y “cuasi patinado”. El detalle para acomodarse al paseo es sentarse en la esquina de la Universidad sobre la calle San Agustín en un café llamado “Juan Valdez”, todo tipo de café, para tomar o llevar o curiosear. Si bien es el autentico café colombiano y se puede elegir la variedad mas extraña es cierto que el formato del negocio esta muy próximo a un starbucks. De todas formas el café es sabroso y el lugar lo vale.
- Las calles del Santisimo y del Tumbamuertos. Estas dos calles son realmente bellas. Hay varios consulados en el recorrido.
- El recorrido no es completo si no subimos al baluarte de las Bovedas, de ahí miramos el mar, imaginamos carabelas, piratas, reyes, cañones e historias de tesoros.
- Artesanías en coco. Hermosas salseras en cáscara de coco perfectamente lustradas.
- La ciudad vieja de noche, toda para recorrerla en ese aire espeso que le pone el caribe, sacudido de a ratos por el aire que viene y va pero no decide a quedarse.
- Bajar a la playa en la zona hotelera y sobrevivir a los vendedores ambulantes. Este es uno de los estigmas con que carga la ciudad pero personalmente no me resulto molesto siempre y cuando no les prestes ni la mas mínima atención. Situaciones al estilo de “…me gustaría ver ESO” pueden convertirse en una pesadilla por la insistencia de los vendedores.
- Conversar con algunos de los vendedores y una vez que saben que somos de Córdoba, deleitarse con el despliegue de sus técnicas de marketing y escucharlos hablar del cerro, del centro, de carlos paz, de Jesús maria, de la doma ,etc. ,etc.…Gurúes del MKT la clase los esta esperando…


Para seguir conociendo

Un paso importante en la tarea de conocer Cartagena es sin dudas conocer el pasado que le dio forma y para eso es muy importante investigar, averiguar, escuchar sobre las fortificaciones y sus sistemas de defensa. Canales tapados, fortificaciones submarinas, fuertes enfrentados con diferentes alturas para que el fuego cruzado no produjera daños entre ellos y curiosidades por el estilo. Mas alla de la parte Vieja, que es realmente extensa, hay una nueva Cartagena; mas moderna y veloz pero que sin embargo no tiene una escala tal que la haga sobredimensionarse frente a la ciudad vieja. La zona de los hoteles, enfrentando al mar, es una de las partes con mas dinamismo seguramente y si bien esta cerca del casco histórico (unos 15 o 20 minutos caminando en un paseo muy seguro) esta lo suficientemente lejos como para estar cerca sin molestarse. Sin dudas Cartagena es un destino altamente recomendable, siempre y cuando uno este dispuesto a caminar, abrir los ojos y dejarse llenar con historia. No es definitivamente un destino de playa, por lo menos según lo que uno entiende y espera de una playa del caribe. Si bien el agua es bastante tibia, las playas son cortas, con bastante gente y con un mar que no luce lo suficientemente turquesa para convencernos. Es que las aguas marrones del Río Magdalena que desembocan al mar (Sí, otra obra de ingeniería del período colonial para agilizar el trafico comercial) enturbian el mar caribe en la zona. Cartagena es un buen punto de partida para conocer mas del caribe colombiano…un sinfín de destinos que me recuerdan nuevamente lo que me decía esa señora…Beatiful!! Beatiful!

Comentarios

  1. Holaaa, no sé si sos hombre o mujer, no sé nada de nada de vos, sólo que estamos casi viajando simultaneamente por los mismos lugares de Latinoamérica. Ayer logré escaparme de Cartagena, a la que llegué pensando quedarme una semana y me atrapó un mes. También escribí sobre ella y su gente, no sólo la que camina por la Ciudad Vieja sino la del Mercado Bazurto, Zaragocilla, el Getsemaní...Qué linda es, no? Seguro debes tener también los oídos taladrados de "alo, donde estás, que pasó que apagaste el celular?", jajaa!
    Bueno, un gusto encontrar a un cordobés/esa camiando por acá.
    Abrazos!!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario